Para mejorar la vida de la población, las grandes ciudades tendrán que crear eficiencia en el uso de su infraestructura y recursos. Para ello, estas ciudades deben ser gestionadas por tecnologías de análisis de datos, que entreguen informaciones relevantes, permitiendo a sus gestores tomar mejores decisiones y resolver problemas de forma más proactiva. Además, la implantación de tecnologías innovadoras, como Internet de las Cosas (IoT), también ayudará a mejorar la sostenibilidad y la competitividad de estas ciudades.
Según Gartner, aún en 2015 puede haber cerca de 1.100 millones de dispositivos conectados, creando ambientes de ciudades inteligentes. Este número debe saltar a 9.700 millones dentro de un intervalo de cinco años. Un ejemplo interesante sobre estas aplicaciones está en la ciudad de Barcelona, España. Entre sus proyectos, uno envuelve la instalación de sensores acoplados a basureros, postes de iluminación pública y semáforos. En los vertederos, los sensores avisan al ayuntamiento cuando los residuos ocupan el 70% de la capacidad, evitando la recolección antes de que los basureros se llenan. En los postes, los sensores miden la humedad, la temperatura, la calidad del aire y la contaminación acústica; mientras que en los semáforos recogen información para que el ayuntamiento gestione problemas de tránsito.
Para conectar estos sensores y proporcionar información en tiempo real será necesaria la integración de tecnologías de redes de comunicación que incluyen puertas de enlace, redes inalámbricas, sistemas de control y seguridad. Y para facilitar la introducción de nuevos servicios para la población, esa infraestructura necesita contar con una plataforma para optimizar la complejidad de esas tecnologías. Este servicio de optimización, que puede considerarse como tuning de infraestructura debido a su poder de entrega y alto rendimiento, considerando todos los niveles de red, ya sea LAN, WAN o WLAN.
Las redes de computadoras, que transportan toda esa información, sufrirán grandes transformaciones. Por ejemplo, el uso de equipos para el envío de datos a través de una red inalámbrica, como el Access Point, el cual podrá utilizar la energía solar para mantenerse activo, huyendo del modelo convencional de energía, que genera costos. En las ciudades inteligentes, la tecnología consume gran cantidad de energía eléctrica, por lo que la utilización de dispositivos que pueden generar energía solar ya es considerada, a fin de traer significativa economía.
La energía confiable será esencial en el desarrollo sostenible de las megaciudades y las tecnologías Smart Grid, que son redes inteligentes de transmisión y distribución de energía basadas en la comunicación interactiva entre todas las partes de la cadena de conversión de energía, van a mostrar su diferencial. Ellas conectan unidades descentralizadas con los consumidores para formar una estructura amplia, controlan la generación de energía y evitan sobrecarga de la red.
En las ciudades inteligentes, conforme más personas, máquinas, procesos y objetos se conecten, más grande será la cantidad de datos a procesar y determinar. La cadena de suministros será más controlada e integrada, disminuyendo costos y aumentando la escalabilidad y eficiencia de los negocios, mientras que los desperdicios de materiales y energía se reducirán mediante la optimización de esta cadena de suministros. En todo el mundo, estas tecnologías se utilizan en pequeña escala o en proyectos experimentales, pero la tendencia es que sean cada vez más accesibles y que formen parte de nuestro día a día.
*Éderson Frozi es director de Tecnología de Codi.mobi, empresa que recientemente se fusionó con Nap IT.
